Este microrrelato lo he escrito para un concurso organizado por Noemi, administradora del blog "Libros con alma". Nos pedía un relato de un máximo de 10 líneas que contuviera las siguientes palabras: subterráneo y cazador.
"Oigo los pasos presurosos de esa rata intentando escapar de mi. Lo sé por los rápidos y constantes chapoteos que hace al correr. El agua cubre apenas la suela de mis botas, pero es suficiente como para conseguir que mis pasos, tranquilos y seguros, resuenen también. Él sabe que estoy aquí y yo sé que él está aquí. Me río. Eso solo hace más divertida la caza.
El sonido de su respiración errática se amplifica por el eco de los túneles abandonados. Antaño estos túneles formaron parte de una línea de metro subterráneo. Me estoy acercando. Solo él rompe el silencio.
Quizás considerara éste un buen escondite ya que ya nadie, hoy por hoy, se atreve a adentrarse en estas cloacas malolientes. Seguro que se arrepiente de su precipitada decisión en estos momentos. Ahora solo somos él y yo. No hay nadie más.
Sonrío un poco más y me pregunto: <<¿Qué se siente ser un cazador cazado?>> "
Lo he escrito en muy poco tiempo y estoy verdaderamente cansada, y, aunque no me convence del todo, no tenía más tiempo puesto que el plazo me perseguía incansable, detrás mía, respirando en mi nuca.
